jueves, febrero 17, 2005

*-* LunAticA *-*

Si alguna vez nació alguien en este mundo con millones de lunares...........
ese alguien fui YO.

Pareciera como si al momento de mandarme a la tierra, Dios tomara en su mano -como cuando las hadas quieren conceder deseos- un puño de negros acentos corporales, y los arrojara sobre mi; los cuales resaltarían mas de lo normal: “el que yo era completamente diferente” a los miles de milagros que enviaba diariamente desde el cielo.

Cuando era niña y me sentaba entre el sillón largo de la sala y la pared color almendra........jugaba a que era invisible y mi mamá no podría encontrarme nunca –pero tristemente- cada vez que pensaba que por fin me disolvía...... mi madre llegaba y me regañaba por desaparecerme sin avisarle. Entonces entre rabietas y chasquidos de dientes, yo culpaba a los lunares por haberme delatado, -pues claro!- una niña con tantas manchitas no podía volverse invisible........ nunca!.

A veces creía que eran castigos que me ganaba cuando me portaba mal o hacia cosas tontas, por que cada ves que me fijaba descubría uno nuevo y en un lugar estratégicamente seleccionado, como si alguien trazara un mapa para encontrar algo, ¡en un lugar donde no había nada! –pensaba-. Hasta llegue a pretender que si me convertía en monja y purificaba mi alma desaparecerían uno a uno con cada plegaria que rezara para ello.

Nunca me moleste en preguntarle sobre eso a mamá, mucho menos a mi padre, simplemente eran pensamientos que en mi mente aun desierta, vagabundeaban sin ton ni son, pero vagabundean de todos modos.

Desde niña fui así - ¿cómo? - pues así......... “fantasiosa”, “curiosa”, inconforme con el “no se” y pretenciosa de explicaciones igual de mágicas que mis preguntas.

No recuerdo exactamente cuantos años tenia –pero estaba en secundaria- cuando deje de preocuparme por mis lunares y deje de interrogar su procedencia y destino, pero si recuerdo como fue que sucedió por que es un parteaguas en mi forma de ver la vida y entender las cosas...............

Día soleado! –como los de Mexicali- visitaba la biblioteca publica del estado, me gustaba ir..... y solía pasar un par de horas leyendo un poco de todo, en aquellos tiempos en los que no tenia tantas cosas que hacer y las horas no marcaban el rumbo ni la velocidad de mis pasos........ deambule un rato entre los estantes de libros viejos de poesía con olor a olvido y color de pasado, pero me percate de algo diferente....... entraba y salía mucha gente del otro extremo del recinto, en el salón de exposiciones!

Deje los libros por un rato y fui a investigar.......... wuau! Una exposición de pintura –no voy a mentir- confieso que en ese entonces, y aun ahora, no conozco mucho de pintura pero siempre la cultura en todos sus aspectos ha llamado mucho mi atención, quizá por que considero a la cultura y las bellas artes como la parte “fantasiosa” del existir........... en donde puede existir todo y todos, como quieras, como puedas, no existen limites.

Empecé a caminar.......me da miedo pensar que alguien pudo haberse dado cuenta que llevaba la boca abierta cuando recorría uno a uno los cuadros, eran tan distintos y tan iguales, pintados de diferentes formas, colores, perspectivas, se interpretaba el mismo tema: “el cielo y sus que-ver-e´s” .

Me tope con cielos rojos, amaneceres, cielos modernos y cielos antiguos, con aves o aviones, cielos acompañados o solitarios, cielos felices y algunos tristes, había uno para cada persona que allí estuviese. Y yo! Encontré el mío ........... era un cielo oscuro y amplio, inmenso pero no vació, estaba repleto de estrellas brillantes y llenas de emociones .... algunas brillaban tan intensamente que parecía como si se carcajearan de su plenitud mientras otras apenas destellaban y parecían nostálgicas por perder lo amado, había algunas en grupos y otras estaban solitarias ........ y fue entonces cuando! Lo entendí todo, yo! Era un cielo (mi piel era un cielo) lleno de estrellas, cada una en su lugar y con su por que, pero lo mejor de todo cada una con su EMOCION.

Ahora disfruto mi cielo oscuro y las estrellas que en él viven. Ahora ya no cuestiono sino valoro el que Dios (mi dios particular) me haya regalado un cielo en mi persona para que no extrañase en el que me encontraba antes de nacer y no desesperase ........ por si acaso tardara o no! el viaje de regreso. Ya no me preocupo “ahora tengo mi propio cielo y mis propias estrellas”.